lunes, 26 de septiembre de 2011

De hambres y de bestias

Verte me da hambre. Y a mí, a la mañana, a la tarde, a la noche y a la madrugada, me gusta comer. Y me gusta coger.
Verte ahí tirado me genera ganas de comerte en vida. De sacarte la piel con los dientes y de arrancarte la camisa con los ojos.
Verte ahí tirado al sol me da paz, porque todavía estás y todavía te puedo morder.
Tenerte abrazado a mi cintura me da risa, y me río y sonrío porque de hambre me muero y porque vos tenés la presa y los cubiertos.
Si me pedís mensajes claros, no los tengo. Si me preguntás cuántas palabras quiero, las quiero todas. Si no se puede, dame tu brazo que con un mordizco me conformo por un rato.
Y me desvestís de a partes claves, y me la ponés sin siquiera preguntar. Me la mandas hasta el fondo. Y sos tan lindo, tan grande, tan animal, tan desesperado, tan bruto, tan salvaje. Me muerdo los labios mientras cierro los ojos y recuerdo tu cara.
Quiero comerte, desnudarte, cogerte, bañarte y dejarte como sobra todo el fin de semana en algún rincón de mi casa. Quiero que me muerdas, que me hagas acabar y que me desparrames todo tu semen en mi cara.
Todo lo que quiero ya lo tuve en estos días que se fueron con un cuarto de ácido en cada ojo.
Recurrime cuando quieras. Yo siempre te voy a querer morder.

viernes, 16 de septiembre de 2011

Recurre como siempre

Si me drogo y lo leo, es absolutamente inevitable que le comente algo. Y si le comento algo, le comento algo sobre él y sobre mí. Obvio que siempre con un tinte sexual y con las palabras exactas. Porque ya no es un juego. No será nunca más un juego. Es y será la recurrencia misma. Él y todos los universos que hay en sus ojos.

miércoles, 14 de septiembre de 2011

El adiós

¿Cómo hago yo para explicarle a un chico amable, dulce y acostumbrado a hacer el amor que yo tengo un par de esposas (entre otras cosas) y disfruto mucho de usarlas?
Igual, la pasamos lindo. Pero le mandamos un beso y nos vamos a otro lado a ver qué pasa.

viernes, 9 de septiembre de 2011

Impulso de miércoles

El siguiente texto fue redactado el 13 de julio de 2011, mientras viajaba hacia Río Salado solamente a pasar la noche con el simple objetivo de despejarme de él. Lo encontré hoy y no podía dejar pasar la oportunidad de publicarlo en este espacio que para eso está.

Era esto o sacar un turno con el psicólogo.
Cada tanto, cosas más livianas que el aire me generan una presión enorme en los hombros. Y entonces tengo que gritar, llorar, patalear, taparme hasta la cabeza, levantarme de golpe, salir e irme un poco lejos.
Hay una persona a la que no puedo enfrentar. Quisiera decirle en la cara todo lo mal que me hace tragarme todo lo bien que me hizo y sé que me haría.
Paradójico es que él haya generado que yo haga lo que a él lo aleja de mí. No puedo parar de darle la razón.
Si te dejo, es por mí. Si me dejo, es por vos. Siempre que me voy es por los dos, como cada vez que vuelvo.
De nudos en el estómago se me han hecho estos últimos años.
Ya no importa cuánto tiempo más me anude. Ni tampoco importa si algún día me desanudarás. Ya te quedaste con todo lo que maté de mí. Tenés hasta mis ganas de llorar. Yo puedo irme y vos, con todo eso mío que tenés, podrías ni darte cuenta de que no estoy.

lunes, 5 de septiembre de 2011

De título pondría un rugido

Yo ya no sé cómo sacarte o cómo mierda mandarte al carajo. No tengo idea de cómo borrarte, arrancarte o tirarte lejos y salir corriendo.
Quiero eliminarte con un último grito, sin embargo no te vas.
Y me muero y te mato y me mato y te muero. Sos insoportable, pero sos lo más lindo.
El día que pueda morderte los labios voy a llorar.

Un enojo desvanecido

Y tu sonrisa al saludarme me cambió la noche.
Ojalá no sea necesario que algún día llegués a enterarte de lo que pasa por mi cabeza. Es que es difícil, uno intenta, te juro que intenta, pero cuesta.
Y es que si lo supieras, seguramente no te acurrucarías en mi pecho después de haber acabado, ni tampoco te anudarías a mí de forma casi inseparable mientras todavía seguimos agitados, ni me darías ese último beso en el cuello antes de acomodarnos en un abrazo para dejarnos llevar por el sueño.
Y quisiera que esas imágenes no estén en mi cabeza, en serio. Solamente un poco más de tiempo...
Y me acuerdo de tu sonrisa al saludarme..., jaja. Qué lindo. Cómo me cambiaste la noche.

domingo, 4 de septiembre de 2011

Ya no es inmaculado

Me molesta cuando me limitan y encima me entero por obra y gracia de la casualidad. Tuvo muchas oportunidades para darme a mí opciones.
Y para colmo de males, me dejó caer en las malvadas garras de lo mismo de siempre *.
No es absolutamente culpa de él. No, ya lo sé. Pero la espectativa era otra. Pero le dejo la chance... La de ser uno más de los que no me titularán.
Supongo que ya podría tener etiqueta.


*Me genera tantos nudos, que ya no le encuentro sentido a quererlo tanto.