sábado, 17 de julio de 2010

Ver una luz

El cuerpo reclama. Si querés seguir disfrutando, cedé.

Con eso muere mi orgullo. Y por eso todavía no me muero. No se equivocó cuando explicó sus motivos.
Al minuto y medio, casi me entrego a los brazos de la dulce oscuridad. El sufrimiento hubiese terminado.

Me dije

"Interesante que lo haya escrito en rojo. Aunque no, che. Viniendo de la cartuchera de un puto no me extraña".

Veintidos porqués

Mientras le escribía un futuro a alguno, se representó ante mis propios ojos cuál sería mi futuro con el otro.