Contra el colchón, el piso, la pared, el rincón, el piso, la pared, el colchón.
Ni estábamos en condiciones ni teníamos ganas de dejarlo pasar.
Él había recurrido a mí. Después de vaya uno a saber qué fue lo que pasó, recurrió a mí. Y yo..., bajé la caja del placard.
No he decidido aún si decir que sí o si decir que no. No he logrado formular, todavía, la conclusión final y convincente. Como si de alguna forma todo estuviese abierto. Al mismo tiempo, entiendo que nada ha quedado claro.
Me faltan partes. Me quedan salidas. Tengo ideas. Entiendo determinados actos. Pero como si nada fuese mucho y como si todo fuera poco, no estoy a la altura de la circunstancia.
Entonces, profundizo. Explicaciones hay. Que sean estas coherentes o no es otro tema.
Pero todavía me duele el cuerpo. Entonces, me acuerdo de ciertos momentos cuan si fuesen oraciones sueltas marcadas con un resaltador que no anda muy bien.
Un arma se disparó, un globo estalló y una canción terminó.
Ideas imaginadas. Imágenes idealizadas. Todo envuelto en una realidad de agotamiento multiplicado por presiones más una resaca por venir. Pudo haberse disfrutado más.
Como resumen, les puedo decir lo siguiente:
Es bruto. Es un hijo de puta. Es chico, sí. Pero es un bruto, hijo de puta. Eso me encantó y se lo tengo que admitir.
Contra el colchón, el piso, la pared, el rincón, el piso, la pared, el colchón.
Ni estábamos en condiciones ni teníamos ganas de dejarlo pasar.
Eso fue lo que pasó.
Ni estábamos en condiciones ni teníamos ganas de dejarlo pasar.
Él había recurrido a mí. Después de vaya uno a saber qué fue lo que pasó, recurrió a mí. Y yo..., bajé la caja del placard.
No he decidido aún si decir que sí o si decir que no. No he logrado formular, todavía, la conclusión final y convincente. Como si de alguna forma todo estuviese abierto. Al mismo tiempo, entiendo que nada ha quedado claro.
Me faltan partes. Me quedan salidas. Tengo ideas. Entiendo determinados actos. Pero como si nada fuese mucho y como si todo fuera poco, no estoy a la altura de la circunstancia.
Entonces, profundizo. Explicaciones hay. Que sean estas coherentes o no es otro tema.
Pero todavía me duele el cuerpo. Entonces, me acuerdo de ciertos momentos cuan si fuesen oraciones sueltas marcadas con un resaltador que no anda muy bien.
Un arma se disparó, un globo estalló y una canción terminó.
Ideas imaginadas. Imágenes idealizadas. Todo envuelto en una realidad de agotamiento multiplicado por presiones más una resaca por venir. Pudo haberse disfrutado más.
Como resumen, les puedo decir lo siguiente:
Es bruto. Es un hijo de puta. Es chico, sí. Pero es un bruto, hijo de puta. Eso me encantó y se lo tengo que admitir.
Contra el colchón, el piso, la pared, el rincón, el piso, la pared, el colchón.
Ni estábamos en condiciones ni teníamos ganas de dejarlo pasar.
Eso fue lo que pasó.