Viernes 05 de febrero de 2010
Llueve. El paisaje está hermoso realmente.
La música en modo aleatorio encaja perfectamente con las circunstancias.
Pienso en ellos. De a ratos imagino con cuál podría compartir este momento. Creo que sólo podría hacerlo con uno. Con ese. Con aquel.
El mar está enojadísimo e inquieto. Me alegra haber pasado estos días de la manera en que los pasé.
Tengo ganas, pero no extraño. Y eso no me extraña, tampoco.
Es una lástima que Ezequiel no haya podido estar acá. Un momento ácido ahora sería ideal.
Sigo pensando en él y en esa forma que tiene para todo. De alguna manera, creo que quizás sea el único que pueda conocerme incluso sin hacerlo.
Los últimos ratos de esta soledad y se me ocurrió pensar en aquellas palabras por las que brindé.
Exacto. No habrá momento como ahora.
Va mucho más allá de las libertades que pueda sentir en hacer determinadas cosas. Seguramente, las volveré hacer en otro contexto mucho más cotidiano. Quizás a modo elegíaco por extrañar este momento actual o quizás porque podré darme el gusto de hacerlo. Pero, las volveré hacer al fin.
Hoy tengo 21 años y estoy creciendo de esta manera. Y yo decidí hacerlo de esta manera. Me alegra mucho haberlo hecho. Muchísimo.
Sé que volveré a crecer miles de veces más. Pero serán todas distintas y quizás no sean de las que más se disfrutan...
No me da miedo, me provoca un dejo de melancolía al darme cuenta de que si hoy soy capaz de notar esto es porque, entonces, hace rato que crecí y que estos días solo fueron la forma más superficial de mostrarlo.
Llueve. El paisaje está hermoso realmente.
La música en modo aleatorio encaja perfectamente con las circunstancias.
Pienso en ellos. De a ratos imagino con cuál podría compartir este momento. Creo que sólo podría hacerlo con uno. Con ese. Con aquel.
El mar está enojadísimo e inquieto. Me alegra haber pasado estos días de la manera en que los pasé.
Tengo ganas, pero no extraño. Y eso no me extraña, tampoco.
Es una lástima que Ezequiel no haya podido estar acá. Un momento ácido ahora sería ideal.
Sigo pensando en él y en esa forma que tiene para todo. De alguna manera, creo que quizás sea el único que pueda conocerme incluso sin hacerlo.
Los últimos ratos de esta soledad y se me ocurrió pensar en aquellas palabras por las que brindé.
Exacto. No habrá momento como ahora.
Va mucho más allá de las libertades que pueda sentir en hacer determinadas cosas. Seguramente, las volveré hacer en otro contexto mucho más cotidiano. Quizás a modo elegíaco por extrañar este momento actual o quizás porque podré darme el gusto de hacerlo. Pero, las volveré hacer al fin.
Hoy tengo 21 años y estoy creciendo de esta manera. Y yo decidí hacerlo de esta manera. Me alegra mucho haberlo hecho. Muchísimo.
Sé que volveré a crecer miles de veces más. Pero serán todas distintas y quizás no sean de las que más se disfrutan...
No me da miedo, me provoca un dejo de melancolía al darme cuenta de que si hoy soy capaz de notar esto es porque, entonces, hace rato que crecí y que estos días solo fueron la forma más superficial de mostrarlo.