domingo, 11 de julio de 2010

Dos patos en el río

Y con 22 años puedo dejarlo ir sin reclamar un beso siquiera. Porque el tiempo mata al tiempo y porque si hay algo que le debo es el respeto que se merece.
Abrazos y cariños. Todavía tengo el nudo en la panza. Todavía le doy cosas mías para que se acuerde de que me tiene.
Ojalá pudiera mirarlo a los ojos y no ponerme nerviosa, como si él no supiera lo que está haciendo conmigo en el simple acto de responderme la mirada.